¡Ya estamos en el siglo XXI!, el siglo donde se harían realidad todos aquellos avances tecnológicos que encontrábamos en libros de ciencia ficción del escritor Isaac Asimov o en películas de culto como Blade Runner, problema, que hemos llegado en su mayoría con modelos del siglo XX surgidos especialmente en la Segunda Revolución Industrial.
Jack Welch (1935 – 2020) decía, “Si la velocidad de cambio del entorno exterior es mayor a la capacidad de cambio del entorno interior de las organizaciones, prontamente estaremos en graves problemas”.
Os presento esta reflexión de un hombre que ha sido admirado y denostado en algunos casos, pero que ha dejado para la historia mantras como:
– Si algo no se puede mejorar se debe cerrar o vender.
– Las compañías deben ser ágiles para lograr el éxito.
Cabe destacar que se retiró de forma voluntaria en 2001 cuando había transformado los 12.000 millones de dólares de valor de mercado de la General Electric en más de 410.000 millones.
Volvamos al presente, y preguntémonos, ¿cuánto quiero adaptar mi empresa a los avances tecnológicos? y ¿qué necesito para hacerlo posible?
Yo diría a la primera pregunta que todo lo que esté a mi alcance, ya que en caso contrario estaría eligiendo quedarme con una minúscula fracción del mercado y tal cosa me resuena más con lo puramente artesanal y sin grandes ambiciones que con un propósito de continuidad, crecimiento e impacto socioeconómico.
Lo que necesito como LÍDER en el caso de estar realmente dispuesto a una real y constante adaptación tecnológica, PERSONAS, la buena noticia es que hay muchas, la no tan buena es que necesitas que tengan unas características concretas y aquí es donde llega la parte más hard.
Según el Foro Económico Mundial (WEF), la Cuarta Revolución Industrial transforma la forma en que vivimos y trabajamos. Estas son las 10 TOP SKILLS que presentaron:
- Solución de problemas complejos.
- Pensamiento crítico.
- Creatividad.
- Gestión de personas.
- Coordinar con otros.
- Inteligencia emocional.
- Juicio y toma de decisiones.
- Orientación de servicio.
- Negociación.
- Flexibilidad cognitiva.
Aceptando que actualmente son todas críticas, te lanzo una tercera pregunta, ¿qué conoces sobre las personas de tu organización?, deseo que no solo su formación académica y el puesto que ocupan. Conocerlas de verdad te permite crear un mapa sobre el que marcar lo cerca o distante que está cada cual del vital perfil competencial capaz de sincronizar empleados y empresa.
Por lo tanto, ante los profundos cambios que ya veníamos experimentando y una pandemia como catalizador, ha llegado el momento de que hablemos de reskilling y upskilling.
Lo sé, términos en inglés, sí, pero ¡cuánto significado en una sola palabra!
Si eres del área de Gestión de Personas (RRHH) estarás familiarizado con ambos conceptos y andarás trabajando en alinear y desarrollar el talento en tu empresa ya que una sustitución masiva de empleados no es viable, sobretodo cuando la demanda supera la oferta en cuanto a habilidades y competencias demostrables.
Puedes trazar dos canales de desarrollo, uno para aquellos que son idóneos para un reskilling, es decir, el aprendizaje de nuevas habilidades y conocimientos que les capacitarán para realizar una labor distinta a la anterior, y otro para un upskilling, facilitándoles la adquisición de nuevas capacidades que les permitan continuar en su actual ocupación de una forma renovada, actualizada y diría que mucho más holística.
Para un buen encuadre de tu estrategia de captación y desarrollo de talento puedes apoyarte en mi Modelo de Alineación 3Ps, el cual triangula:
- Cuál es la posición para cubrir.
- El perfil requerido.
- La idoneidad de la persona.
Si se sabes bien qué necesitas, este modelo es tu aliado en la toma de decisiones ya que incorporas las competencias conductuales de la persona en tus procesos de selección y desarrollo del talento.
Cuídate.